Madurez y Últimos Años

En 1940, en oposición libre, obtiene, plaza de Ia Categoría de Medico Titular de El Egido, en Dalias (Almería). Desde ella, por designación oficial, como Jefe Local de Sanidad, dirige la lucha contra el Tifus Exantemático durante 1940 y 1941, en la zona limítrofe con Las Alpujarras. Desde allí y por por permuta, consigue el puesto de Médico Titular del Distrito 4o de Plasencia, a comienzos de 1942. Donde presta sus servicios durante los 39 años siguientes, hasta su jubilación. Es el primer médico que, procedente de oposición nacional, ocupa plaza en la Beneficencia Municipal de Pías encía. Allí desempeña distintos cargos: Jefe Local de Sanidad durante diecisiete años. Jefe del Servicio de Medicina Interna en la Residencia Sanitaria de Plasencia desde su inauguración. En 1944 comienza a trabajar como Médico de Zona en el S.O.E., cargo que desempeña hasta 1954, cuando es nombrado Médico General de Asistencia a Domicilio de la entidad sanitaria SA-MA, cargo que desempeña hasta su jubilación.

Es el primer médico que cura en España la Meningitis Tuberculosa, pero al no difundir la noticia, el diario ABC le atribuye el logro a los Médicos dei Hospital del Rey en Madrid. El padre de la paciente reclamó al periódico, aportando pruebas que acreditaban la curación de su hija, pero no encontró ni rectificación, ni respuesta.

Impone la vacunación profiláctica obligatoria contra la rubeóla, anticipándose en cuatro años a las disposiciones del Estado al respecto.

Como Jefe Local de Sanidad vela par la salud pública defendiendo el bien común de los ciudadanos de Plasencia, lo que le ocasiona enfrentamientos con distintas instituciones y personalidades del momento. Se niega a la acampada del Regimiento del Ejército en el paraje de La Vinosilla, por los vertidos contaminantes y residuales que arrojan al cauce del río que servia como abastecimiento a la dudad. Del mismo modo se niega a autorizar la construcción de un merendero por motivos sanitarios. El perjudicado de esta negativa, recurre al mismísimo dictador Franco, alegando su calidad de excombatiente como mérito. Por este motivo, D° Marceliano es relevado del cargo por el Sr. Cosín, que concede la autorización que él negaba. Crea otra gran polémica a! oponerse con rotundidad a que el Ambulatorio recién edificado en la ciudad se llamase Virgen del Puerto. La norma era que todos los edificios sanitarios tuviesen nombres religiosos, pero él trató de convencer a todos que seria un atropello el negar el derecho de honrar a Luis de Toro, físico y médico célebre en toda Europa en el siglo XVI. Lo consiguió, y todavía hoy conserva el nombre de este ilustre placentino.

A petición del alcalde de la ciudad, por razones de amistad, es Concejal durante nueve años. Vivé la sequía que asóla a ¡a ciudad y avala la compra de un motor de gasolina (en aquellos tiempos el suministro eléctrico era todavía irregular), que lleva el agua del río hasta los depósitos. Propone la construcción de un aparcamiento en la zona de la Puerta Talavera, crea cuatro puestos de guardias del tráfico, recupera el toque de «Mayorga» para congregar al Concejo y al pueblo en los plenos. Se crea el distintivo de ia Medalla del Concejal y también tiene un ‘encontronazo’ con los cuatro concejales de Falange Española con quien no comparte sus pretensiones políticas.

Como médico en Plasencia atiende a todas las capas sociales, su labor amplía y generosa es reconocida por todos, por personajes ilustres y por todos los ciudadanos, que le brindaron un cariñoso y multitudinario homenaje cuando cesó su labor como Médico de Zona.

Al cumplir 70 años, el Estado le jubila de su cargo de Jefe de Servicio de Medicina Interna del Hospital Residencia de Plasencia, cierra su consulta particular y perdona a los pacientes los honorarios atrasados.

Vive en la localidad de Casas del Castañar, en pleno Valle del Jerte, en soledad hasta sus últimos días.

Fallece el 3 de noviembre de 2001.